Kagan (1994) sostiene que el aprendizaje cooperativo “se refiere a una serie de estrategias instruccionales que incluyen a la interacción cooperativa de estudiante a estudiante, sobre algún tema, como una parte integral del proceso de aprendizaje», es decir, el proceso de enseñanza – aprendizaje puede darse desde un punto de vista asimétrico (profesor – alumno) como simétrico (alumno – alumno).
Respetar el ritmo de aprendizaje de cada alumno es una de las claves del éxito académico. Los agrupamientos cooperativos permiten optimizar los tiempos de aprendizaje, elevar la autoestima de los alumnos, desarrollar actitudes empáticas, en definitiva, ser excelentes a la hora de educar desde el corazón.