La Congregación de los Sagrados Corazones fue fundada por Pierre Coudrin y Henriette Aymer de la Chevalerie. Pierre Coudrin (1768-1837) fue sacerdote de la diócesis de Poitiers (Francia). En 1792, durante la Revolución, escondido en un granero, recibe la llamada a fundar un grupo de hombres y mujeres que anunciarían el Evangelio por todo el mundo.
Henriette Aymer (1767-1834), después de haber sido encarcelada por haber escondido a un sacerdote contrario a los principios de la Revolución Francesa, reúne en el año 1797, en torno a sí, a un grupo de mujeres dedicadas a la reparación. El día de Navidad de 1800, el fundador y la fundadora se comprometen juntos a llevar adelante esta obra. El Papa Pío VII confirmó la Congregación en el año 1817.
Su misión es Contemplar, tener una experiencia profunda de Dios, expresada particularmente en la celebración eucarística y en la adoración contemplativa desde allí participamos en las actividades y sentimientos de Jesús ante el Padre y ante el mundo en un proceso de conversión continua; Vivir, construir una vida de fraternidad intensa, así pues vivimos nuestra vocación y misión en comunidad con sencillez y en un espíritu de familia estando abiertos a todos los pueblos y queriendo ser comunidades misioneras para un mundo sin fronteras; y Anunciar el Evangelio a la manera de Jesús, el amor de Cristo nos urge a una misión evangelizadora y reparadora, especialmente en medio de los pobres, los afligidos, los marginados, los excluidos y los que no conocen el Evangelio, buscando transformar el corazón humano y construir un mundo más justo; El Amor de Dios encarnado en Jesús a cuyo Corazón está unida María y su Corazón de una manera tan singular.
Desde esa experiencia de Fe, la Congregación quiere ponerse al servicio de las necesidades más urgentes de la Iglesia y la Sociedad, con dedicación especial a las misiones, a la enseñanza, y al trabajo en parroquias y en ambientes de marginación. La Congregación está presente en España desde 1880.
Esta es la Congregación de los Sagrados Corazones de Jesús y María, una sola familia de hermanos, hermanos y laicos que encuentran en uno de sus hijos, San Damián de Molokai, la mejor expresión de su vida y misión.
Nuestros colegios son escuelas cristianas que, fieles al carácter de la Congregación de los Sagrados Corazones, se ponen al servicio de la educación de los niños y jóvenes.